Sonidos que nos recuerdan a tantos grupos; desde The Beatles pasando por Joy Division y llegando al eco post-The Libertines; el cuarteto Franz Ferdinand se remite a destapar resonancias del pasado colocándoles sónicas del presente, haciendo actual el pasado.
La voz de Alex Kapranos es de rescatar en canciones como "Take me out" o en "Jacqueline", que por momentos suena sombría pero sin dejar de ser potente y peculiar; coros pegajosos y buena base rítmica en todas las canciones especialmente en "The dark of the matinee" y en "Tell or tonight".
Franz Ferdinand es un disco de rock preparado para mover el cuerpo de un manera sencilla; es un disco bailable, que no bailarín. La guitarra de Nicholas McCarthy es de rescatar pues lleva la armonía de las rolas a un nivel de alegría, en especial en "This fire".
Kapranos y sus compañeros, originarios de Glasgow, logran que, nuevamente, el mundo dirija sus ojos a Escocia, con un disco de rock que seguramente estará dentro de los mejores discos del 2004.
Y para el 2005 esperemos que se den a conocer Michael Dracula, también de Glasgow.
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