OFF THE RECORD
Notitas musicales I
Gastón Pedraza
Siempre me ha gustado la música. Desde que tengo uso de razón me han acompañado armonías de diferente índole; a mi padre, por ejemplo, le gustaban Los Alegres de Terán, Las Jilguerillas o las Hermanas Águila y por supuesto José Alfredo Jiménez; mi madre de vez en vez canta; mis hermanos y hermanas se la pasaban escuchando música todo el tiempo: quizá de ahí venga mi afición por la música.
En la actualidad existen todos los tipos de música posible y hay también definiciones sobre la música, como la que dice: “La música es el arte de bien combinar los sonidos” o “La música es una bella arte que provoca diversos sentimientos a través del sonido”, o la que se acerca a lo científico “Música es la teoría o ciencia de los sonidos considerados bajo el aspecto de la melodía, la armonía y el ritmo”. El compositor Gustav Mahler decía que “Lo mejor de la música no se encuentra en sus notas”, y claro, lo mejor se encuentra en lo cada uno de nosotros siente al escuchar el resultado de la unión de las notas musicales. La que hace que el cuero se me ponga de gallina es la de Nietzche “La vida, sin música, sería un error”. Cierto.
La música la podemos encontrar en todas partes, en el taxi, en el camión, en la fonda de la esquina, en el restaurante; y ahora con Internet con mayor facilidad y felicidad se puede conseguir casi cualquier cosa para el disfrute de todos los amantes de la música.
En las próximas tres entregas recomendaré libros que pueden darnos una visión de lo que es la historia de la música hasta nuestros días. Si bien es cierto que existe un vasto número de publicaciones sobre el tema, me daré a la tarea de dar títulos que nos pueden orientar acerca de la apreciación musical de una manera sencilla y al alcance de todos.
Roland Candé en su libro Invitación a la música (Fondo de Cultura Económica, 2003) hace un viaje extraordinario a los orígenes de los instrumentos musicales desde el año 2900 a.c. cuando se inventa el k’in en China, y por las mismas épocas un tal Ling-luen inventa la teoría musical china, una teoría tan perfecta que ha servido hasta nuestros días; también creó la gama china cortando unas cañas de longitudes bien calculadas y soplando en ellas simulando el murmullo del río Amarillo.
Candé nos lleva de la mano para sumergirnos en lo que es la historia de la música en la Edad Media, con todo lo que implican las controversias acerca de los cantos gregorianos, y la invención de coros interpretados por monjes que introdujeron un sistema de signos, nada preciso, para recordar los giros melódicos. Continua con el surgimiento de la ópera y de cómo se crea la manera de “hablar en música”, para seguir con un profundo estudio sobre los instrumentos en la época renacentista, nos habla del laúd, del violín, de la viola, del clavecín y su transformación en piano, hasta llegar a las piezas para cada instrumento.
Las capitales de la música alrededor de 1700 serán Paris, con el reinado de Luis XVI y las obras de Lully como la ópera Armida. En Londres la vitalidad musical correrá a cargo de Henry Purcell y su ópera Dido y Eneas; es de destacar que Londres fue una de las primeras ciudades de Europa en tener un teatro público para la presentación de óperas. En Venecia se montan más de 300 obras a partir de 1700. En Roma, Arcangelo Corelli era el mero mero en la creación de sonatas, su especialidad eran las composiciones para violín. Nápoles es la patria del bel canto; desde la época de Nerón, sus cantantes son famosos. El primer teatro de ópera es el de San Bartolomeo, que ofrece en 1654 una serie de representaciones de la Coronación de Popea de Monteverdi. En Hamburgo, Alemania, funciona una ópera pública desde 1678, donde se presentan óperas alemanas, especialmente de un compositor llamado Reinhard Keiser. Viena, en poco tiempo se convertirá en la ciudad de los valses y así será una de las capitales más brillantes de la música.
Se continua con el compositor y violinista Vivaldi, sus ángeles y sus demonios; Bach y su capacidad para componer obras tan complejas donde podía intercalar corales luteranos, variaciones y fugas, de igual forma se habla sobre su personalidad, que en muy pocos libros se trata; Hyden uno de los compositores más prolíficos de su época, con creaciones de alegría insuperable; Mozart hacía composiciones de tal grandeza que “hasta a Dios le gustan”; Beethoven, el gran solitario, cambia el sentido de la música, pues por primera vez un compositor quiere dirigirse a toda la humanidad, gracias a su sordera no pudo escuchar su Novena sinfonía; Schubert y el amor son casi sinónimos; Berloiz y su ciclónica vida, creando una de las óperas más famosas Romeo y Julieta. Chopin, Wagner, Brahms, Mahler, Bruckner, Debussy, Ravel, Stravinsky, Mendelssohn, todos conviven de manera armónica en las páginas del libro de Candé, y lo mejor de todo, sin problemas de ego, cada quien en su respectivo lugar.
El libro contiene apartados para cada etapa de la música con una selección de términos relativos al desarrollo de la música. Hay un capítulo por demás interesante, es el que habla sobre la grabación. ¿Qué hubiera pasado si no se inventa la grabación?, gracias al fonógrafo ya no era necesario trasladarse al recinto para escuchar a los músicos interpretar las piezas musicales; se da una de las revoluciones musicales con la grabación. Y no crea, estimado lector, que sólo se habla de música clásica, también se llega hasta la escena del jazz y el rock; de manera breve nos relata el surgimiento del rock en manos del guitarrista negro Chuck Berry; y así una serie de sucesos de importancia a lo largo de la historia de la música. También hay una nutrida lista de recomendaciones de discos y piezas que se deben de escuchar.
En la siguiente entrega: Rock y música pop.
En la actualidad existen todos los tipos de música posible y hay también definiciones sobre la música, como la que dice: “La música es el arte de bien combinar los sonidos” o “La música es una bella arte que provoca diversos sentimientos a través del sonido”, o la que se acerca a lo científico “Música es la teoría o ciencia de los sonidos considerados bajo el aspecto de la melodía, la armonía y el ritmo”. El compositor Gustav Mahler decía que “Lo mejor de la música no se encuentra en sus notas”, y claro, lo mejor se encuentra en lo cada uno de nosotros siente al escuchar el resultado de la unión de las notas musicales. La que hace que el cuero se me ponga de gallina es la de Nietzche “La vida, sin música, sería un error”. Cierto.
La música la podemos encontrar en todas partes, en el taxi, en el camión, en la fonda de la esquina, en el restaurante; y ahora con Internet con mayor facilidad y felicidad se puede conseguir casi cualquier cosa para el disfrute de todos los amantes de la música.
En las próximas tres entregas recomendaré libros que pueden darnos una visión de lo que es la historia de la música hasta nuestros días. Si bien es cierto que existe un vasto número de publicaciones sobre el tema, me daré a la tarea de dar títulos que nos pueden orientar acerca de la apreciación musical de una manera sencilla y al alcance de todos.
Roland Candé en su libro Invitación a la música (Fondo de Cultura Económica, 2003) hace un viaje extraordinario a los orígenes de los instrumentos musicales desde el año 2900 a.c. cuando se inventa el k’in en China, y por las mismas épocas un tal Ling-luen inventa la teoría musical china, una teoría tan perfecta que ha servido hasta nuestros días; también creó la gama china cortando unas cañas de longitudes bien calculadas y soplando en ellas simulando el murmullo del río Amarillo.
Candé nos lleva de la mano para sumergirnos en lo que es la historia de la música en la Edad Media, con todo lo que implican las controversias acerca de los cantos gregorianos, y la invención de coros interpretados por monjes que introdujeron un sistema de signos, nada preciso, para recordar los giros melódicos. Continua con el surgimiento de la ópera y de cómo se crea la manera de “hablar en música”, para seguir con un profundo estudio sobre los instrumentos en la época renacentista, nos habla del laúd, del violín, de la viola, del clavecín y su transformación en piano, hasta llegar a las piezas para cada instrumento.
Las capitales de la música alrededor de 1700 serán Paris, con el reinado de Luis XVI y las obras de Lully como la ópera Armida. En Londres la vitalidad musical correrá a cargo de Henry Purcell y su ópera Dido y Eneas; es de destacar que Londres fue una de las primeras ciudades de Europa en tener un teatro público para la presentación de óperas. En Venecia se montan más de 300 obras a partir de 1700. En Roma, Arcangelo Corelli era el mero mero en la creación de sonatas, su especialidad eran las composiciones para violín. Nápoles es la patria del bel canto; desde la época de Nerón, sus cantantes son famosos. El primer teatro de ópera es el de San Bartolomeo, que ofrece en 1654 una serie de representaciones de la Coronación de Popea de Monteverdi. En Hamburgo, Alemania, funciona una ópera pública desde 1678, donde se presentan óperas alemanas, especialmente de un compositor llamado Reinhard Keiser. Viena, en poco tiempo se convertirá en la ciudad de los valses y así será una de las capitales más brillantes de la música.
Se continua con el compositor y violinista Vivaldi, sus ángeles y sus demonios; Bach y su capacidad para componer obras tan complejas donde podía intercalar corales luteranos, variaciones y fugas, de igual forma se habla sobre su personalidad, que en muy pocos libros se trata; Hyden uno de los compositores más prolíficos de su época, con creaciones de alegría insuperable; Mozart hacía composiciones de tal grandeza que “hasta a Dios le gustan”; Beethoven, el gran solitario, cambia el sentido de la música, pues por primera vez un compositor quiere dirigirse a toda la humanidad, gracias a su sordera no pudo escuchar su Novena sinfonía; Schubert y el amor son casi sinónimos; Berloiz y su ciclónica vida, creando una de las óperas más famosas Romeo y Julieta. Chopin, Wagner, Brahms, Mahler, Bruckner, Debussy, Ravel, Stravinsky, Mendelssohn, todos conviven de manera armónica en las páginas del libro de Candé, y lo mejor de todo, sin problemas de ego, cada quien en su respectivo lugar.
El libro contiene apartados para cada etapa de la música con una selección de términos relativos al desarrollo de la música. Hay un capítulo por demás interesante, es el que habla sobre la grabación. ¿Qué hubiera pasado si no se inventa la grabación?, gracias al fonógrafo ya no era necesario trasladarse al recinto para escuchar a los músicos interpretar las piezas musicales; se da una de las revoluciones musicales con la grabación. Y no crea, estimado lector, que sólo se habla de música clásica, también se llega hasta la escena del jazz y el rock; de manera breve nos relata el surgimiento del rock en manos del guitarrista negro Chuck Berry; y así una serie de sucesos de importancia a lo largo de la historia de la música. También hay una nutrida lista de recomendaciones de discos y piezas que se deben de escuchar.
En la siguiente entrega: Rock y música pop.
2 comentarios:
Concuerdo completamente con lo que Nietzche dice...Wow no hay mejor definicón ...la música es lo mejor...bueno tambien hay otras cosas geniales pero nada me llena más que la music...saludos mi gas..por cierto el htr y yo ya estamos trabajando en los guiones e ideas que me dijiste : )
Saludos y abrazos...
Marinho7
vientos mi gaz... Saludos, y espero la próxima nota...nuevo blog ahora acá que no está en el tiempo...
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