jueves, octubre 05, 2006

Texto publicado en Milenio Estado de México



La otra caperuza

La niña/caperuza Hayley (Ellen Page) pretende vengarse de los que participaron en la muerte de la preadolescente Donna. Localiza y contacta vía chat al fotógrafo treintañero Jeff (Patrick Wilson) para intimidarlo, emborracharlo/sedarlo amarrarlo con “palabra de scout” y cortarle las bolas en desquite de lo que hizo a Donna y a las demás niñas que presuntamente violó y mató.
En Niña Mala (Hard Candy, USA, 2004) David Slade nos entrega una película llena de suspenso y soft gore en la que se acentúan los problemas con que tienen que vivir las sociedades contemporáneas y sus desviaciones, en este caso la perversión y el interés sexual con menores de edad; problema que se ha dado en todos los países, los ejemplos en el nuestro no se dejan esperar como en el caso de Kamel Nacif y sus secuaces.
En la película de Slade, el problema se expone de tal manera en la que el involucrado se merece eso y más, pero hasta que punto la niña/caperuza tiene la razón de hacer justicia por propia mano, torturando física y psicológicamente al mirón, que sólo es eso un mirón que a final de cuentas no logra su objetivo ¿o si?.
Persecuciones a ras de piso, cámara envolvente, colores chillones, mareos en naranja, cortina de baño a lo Psycho (Hitchcock, 60), bolsa de hielo para insensibilizar las partes nobles y así poder castrar al hombre que “maltrata y no tiene sentimientos”.Una serie de enredos mentales que hacen del tormento una delicia para Hayley, sudores a gota gorda de remordimiento y frustración por no poder escapar de los amarres marineros de la niña aprendiz de cirujana, y esas incisiones amateurs con bisturí esterilizado con un poco de vodka. Hay mis hijos.
Menciones a Coldplay y a Goldfrapp siendo el gancho para el intercambio de tracks en mp3 para que la niña “inocente” acceda a ir al depa de Jeff y escuchar las canciones del concierto al que la infanta no pudo ir por falta de dinero. Y así.
El lobo/corderito se vence y da su cuello a torcer gracias a los chantajes de la menor que lo amenaza con informarle de todas sus bajezas a su ex.Cinta de reflexión y moraleja que deja las bolas de acero en el triturador de alimentos. Aún así la película se puede resolver mucho antes de lo que se espera, se hace larga a cuenta de las escapatorias frustradas. Claro que hay vuelta de tuerca pero se queda a medias.